Esta receta del bizcocho de yogur clásico no solo es rápida, sino también increíblemente sabrosa. Es perfecta para cualquier ocasión y constituye una deliciosa golosina o una cómoda opción de tentempié. Hoy doblamos las cantidades del bizcocho de yogur clásico y hacemos una combinación de canela y manzana, para darle un toque especial. Toma nota de esta receta, que es perfecta para llevar en una ocasión especial. Un postre clásico y sencillo con el que siempre triunfas; para llevar a una fiesta, para meriendas infantiles, para un regalo o como tarta de cumpleaños
A continuación os doy la receta clásica con la medida del yogur y también las cantidades en gramos. Y la versión usando harina de almendra, que es el que hice en las fotos. Toma nota de los ingredientes de este bizcocho, el famoso 3-2-1, o bizcocho de yogur, que con el vaso del yogur que lleva, se miden el resto de ingredientes. Como he doblado las cantidades, la receta está en gramos. El molde es
Ingredientes para hacer el bizcocho de yogur (molde de 25×30)
- 300 g de harina repostera (o mitad harina de trigo y almendra)
- 32 g de polvos de hornear (tipo royal)
- 1 pizca de sal
- 6 huevos
- 250 g de yogur natural
- 150 g de azúcar
- 200 ml de aceite oliva o girasol
- 1 cucharadita de polvo de canela y naranja
- 1 manzana rallada
Como hacer el bizcocho de yogur paso a paso
Encendemos el horno a 180 °C y comenzamos tamizando la harina con la sal y los polvos de hornear y reservamos.
En un bol aparte mezclamos los huevos, el yogur, el azúcar, el aceite y el polvo de naranja y canela. Si lo preferís, podéis usar solo canela o con limón.
Una vez lo tenemos todo bien mezclado y cremoso, vamos añadiendo la harina tamizada poco a poco. Lo mezclamos bien hasta que tengamos una masa suave, pero sin sobre batirla. Le añadimos una manzana en trozos o rallada y mezclamos.
Transferimos la mezcla a un molde previamente engrasado, y lo horneamos a 180 °, con calor arriba y abajo, unos 30-40 minutos si es un bizcocho grande o 15 minutos en el caso de bizcochos pequeños. No obstante, tened en cuenta que los tiempos del horno pueden variar en función del tipo de horno. Yo uso el horno en función normal, sin ventilador y la rejilla en la posición más baja.
Una vez han pasado los 30 o 35 minutos, pinchamos el bizcocho con una brocheta y si sale limpia lo sacamos del horno. Lo dejamos reposar en el molde uno 2 minutos y a continuación lo desmoldamos. Lo dejamos enfriar encima de una rejilla, los decoramos al gusto y ya tenemos el bizcocho más rico y sencillo que siempre queda perfecto. El azúcar glasé siempre es una decoración sencilla y que le da un toque perfecto.