Esta bica blanca es una versión sin gluten inspirada en la tradicional bica de Laza, un bizcocho típico de la provincia de Ourense que se prepara solo con claras de huevo, nata y un toque de anís. Queda muy esponjosa, con una corteza crujiente gracias al azúcar espolvoreado por encima, y es perfecta para aprovechar claras que nos hayan sobrado. En esta versión, además, combinamos fécula de trigo sin gluten con harinas más nutritivas como la de castaña o mijo y la de arroz, consiguiendo una textura suave y un sabor delicioso.
Ingredientes para hacer la bica gallega de claras de huevo
- 6 claras de huevo
- 200 ml de nata (35 % M.G.)
- 100 g de fécula de trigo
- 50 g de harina de castaña o mijo
- 50 g de harina de arroz
- 1 cucharadita de polvos de hornear
- 200 g de azúcar
- 30 ml de anís
- Ralladura limón
- Sal
- goma xantana
Como hacer la bica blanca de laza sin gluten
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Montamos las claras
Empezamos batiendo las claras de huevo con 150 g de azúcar y una pizca de sal hasta obtener un merengue firme. Reservamos. -
Batimos la nata
En otro bol, batimos la nata junto con el anís hasta que quede semimontada, con una textura cremosa. -
Tamizamos las harinas
Mezclamos y tamizamos la fécula de trigo, la harina de arroz, la de castaña o mijo y los polvos de hornear (si decidimos usarlos). Incorporamos también la ralladura de limón. -
Integramos todos los ingredientes
Añadimos la mezcla de harinas a la nata batida y mezclamos con suavidad. Incorporamos después las claras montadas poco a poco, con movimientos envolventes, para no perder aire. -
Vertemos y horneamos
Vertemos la masa en un molde cuadrado forrado con papel vegetal. Espolvoreamos por encima los 50 g de azúcar restantes para formar la costra característica. -
Horneamos la bica
Llevamos al horno precalentado a 160 °C, con calor arriba y abajo, y cocemos durante unos 45 minutos o hasta que esté dorada y al pinchar con un palillo salga limpio.
Déjala enfriar por completo antes de desmoldar. La bica blanca de Laza es perfecta para acompañar un café o para servir como merienda. Y si te sobran claras, no dudes en repetirla, ¡porque siempre apetece!
