Si pensabas que preparar unos buñuelos sin gluten tan ricos y ligeros como los clásicos era imposible, esta receta te demostrará lo contrario. Crujientes por fuera, tiernos y aireados por dentro, estos buñuelos de viento sin gluten son un auténtico capricho que no puede faltar en Semana Santa, ¡ni en ninguna otra época del año!
Prepararlos es más sencillo de lo que imaginas: ingredientes fáciles de encontrar, un proceso claro y bien explicado, y algún pequeño truco para asegurarte el éxito. El resultado serán unos buñuelos tan deliciosos que nadie notará que son sin gluten.
Te cuento cómo hacerlos paso a paso, para que puedas disfrutar y compartir este dulce tradicional con toda la familia, sin excepciones. ¡Vamos allá!
Ingredientes
- 135 Mix de Repostería
- 110 ml agua
- 110 ml leche
- 40 g mantequilla
- 25 g de azúcar
- 20 ml de anís
- Corteza de limón
- Canela
- Anis estrellado
- 5 g de sal
- ½ cucharada de bicarbonato
- 1 cucharada de polvos de hornear
- 2 huevos
- Abundante aceite para freír
- Azúcar glasé para espolvorear
Como hacer buñuelos sin gluten paso a paso
1. Infusionamos la leche para potenciar el sabor
Comenzamos preparando una infusión aromática que será la base del sabor de nuestros buñuelos. En una olla, ponemos a calentar la leche junto con el agua, el azúcar, la mantequilla, un chorrito de anís, la corteza de limón, una rama de canela y unas semillas de anís estrellado.
Dejamos que todo se infusione a fuego medio-bajo durante unos 30 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se agarre. Pasado ese tiempo, podemos dejarlo reposar un par de horas, o incluso hasta el día siguiente, para intensificar aún más el aroma y el sabor.
2. Preparamos la masa choux
Una vez infusionada, retiramos la corteza de limón, la canela y el anís estrellado de la leche.
Llevamos de nuevo la mezcla al fuego y, cuando empiece a hervir, apartamos la olla y añadimos de golpe la mezcla de harinas sin gluten o el preparado de repostería, previamente tamizada junto con la sal, el bicarbonato y la levadura química.
Mezclamos rápidamente con una espátula de madera hasta que la masa esté bien integrada y se despegue de las paredes de la olla. Debe quedar una masa compacta y homogénea.
3. Incorporamos los huevos y ajustamos la textura
Dejamos que la masa temple unos minutos antes de añadir los huevos, para que no se cuajen al incorporarlos.
Batimos los huevos ligeramente y los vamos añadiendo uno a uno, sin prisa, mezclando bien cada vez hasta que el anterior esté completamente integrado antes de añadir el siguiente.
La masa debe quedar suave y algo espesa, pero con una textura que al levantar la espátula caiga en forma de cinta. Si es necesario, podemos ajustar con un poco más de huevo, dependiendo del tipo de harina sin gluten que estemos usando.
💡 Consejo: La textura es la clave. No debe quedar líquida ni excesivamente densa.
4. Freímos los buñuelos
Calentamos abundante aceite de girasol en una sartén honda o un cazo, a temperatura media (unos 170–175ºC).
Con ayuda de dos cucharillas, formamos pequeñas porciones de masa y las dejamos caer con cuidado en el aceite caliente. Veremos cómo los buñuelos suben a la superficie y comienzan a girar solos, lo cual es buena señal.
Les damos la vuelta suavemente para que se frían de manera uniforme por todos los lados, hasta que estén dorados. Después, los sacamos con una espumadera y los colocamos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
5. Espolvoreamos y servimos
Una vez templados, los pasamos por azúcar glas o azúcar normal. Ya estarían listos para disfrutar tal cual… ¡pero también puedes rellenarlos con crema, nata montada o chocolate si quieres llevarlos al siguiente nivel!