Los Hönökaka, son unos panes planos típicos de Suecia, muy versátiles y sorprendentemente sabrosos. Están estupendos a cualquier hora y combinan a la perfección tanto con ingredientes dulces como con salados. Vamos, que no vas a poder dejar de comer.
Ayer hice el pan de la semana y aprovechando que mis niños se durmieron pronto decidí hacer este pan sueco, que llevaba ya un tiempo en mis pendientes. La receta me la pasó mi comadre, la misma que me habló de ellos y tal como me aseguró están muy muy buenos. Lo mejor de todo es que son facilísimos de hacer.
Ingredientes de los Hönökaka
- 500 g de leche
- 50 g de mantequilla
- 15 g de levadura prensada
- 150 g de MM centeno
- 600 g de harina panadera
- 150 g de harina de centeno
- 8 g de sal
- 50 g de almíbar o jarabe de arce (yo usé caramelo líquido royal)
- 20 g de semillas de amapola y chía
Cómo hacer los Hönökaka paso a paso
Comenzamos disolviendo la levadura en un poco de leche templada y aparte calentamos la mantequilla y la leche restante hasta que la mantequilla toda se haya derretido. Lo dejamos enfriar hasta los 45º C.
Cuando la mezcla ha alcanzado la temperatura, echamos en la cubeta de la amasadora las harinas, las semillas, la masa madre, la sal, la mezcla de la leche y levadura, la leche con mantequilla y el jarabe. Amasamos a velocidad alta hasta que la masa esté lisa y no se pegue a las paredes de la cubeta. Yo le he añadido semillas y amapola y chía inspirándome en unas galletas marineras que estaban por casa, pero la receta original no las lleva.
Cuando la masa está lista, la ponemos en la mesa de trabajo y le hacemos tres pliegues, como si estuviéramos haciendo hojaldre. La tapamos y la dejamos fermentar en bloque hasta que doble su tamaño. Como siempre y dependiendo de la temperatura de la cocina puede llevar de una a dos horas.
Una vez haya fermentado, la volcamos en la encimera enharinada y la trabajamos un poco, hasta que vuelva a bajar. La dividimos en porciones de unos 40 o 50 g (dependiendo un poco del tamaño que queráis). Suelen hacerse de uno 15 cm de diámetro, pero yo las hice un poco como salieron. Ayudándonos de un rodillo, extendemos las bolas de masa, dándole forma redondeada y unos 5 mm de grosor. Las tapamos con un paño de lino y las dejamos fermentar hasta que vuelvan a subir, alrededor de una media hora.
Mientras, precalentamos el horno a 250º C. En mi caso, dejé la plancha celsius sobre la que hornee los panes, pero si no tenéis, las horneáis sobre la placa de horno.
Una vez han fermentado de nuevo y cuando el horno esté a la temperatura marcada, le pasamos el rodillo con pinchos.
Ayudándonos de una pala de pan, los volcamos directamente sobre la placa de acero, y los dejamos cocer durante unos 6 minutos, dependiendo un poco del grosor de los panes. Cuando estén doradas los sacamos y los dejamos enfriar sobre una rejilla. Repetir el proceso de horneado hasta que estén todos listas.
Si quedan algunas para el día siguiente las podéis tostar, y con mantequilla y mermelada están muy buenas.
Algunos consejos
- Como salen muchas las podéis congelar en bolsas y después vais sacando para consumir. Dejáis que se descongelen a temperatura ambiente, las metéis en la tostadora y como si fueran frescas. También se puede congelar la masa después de la segunda fermentación en bloque y quedan perfectas. Aquí depende un poco de la organización de cada persona.
- La receta original no lleva Masa madre, pero yo decidí probar y realmente se nota la diferencia. Tienen un sabor mucho más intenso. He reducido la cantidad de levadura prensada y he ajustado la cantidad de harina. Para los que no usáis Masa Madre, la receta original llevaba:
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- 25 g de levadura prensada
- 500 g de harina panadera
- Quizá tengáis que ajustar un poco la cantidad de harina y añadir más (dependiendo de la marca que uséis, pues no todas absorben la misma cantidad de agua) pero esto con cuidado de no poner mucha y que no quede muy dura la masa.
- Una alternativa es extender la masa finita y cortar con un molde redondo, colocarlas en una bandeja forrada con papel de hornear y taparlas con un paño. Cuando hayan subido pincharlas con el rodillo para hacer agujeros o un tenedor, y hornearlas hasta que estén doradas y crujientes. Y tenemos las galletas marineras o unos deliciosos crakers de pan.
Espero que os haya gustado y os animéis con ellas. En casa han tenido mucho éxito, como todos los panes claro.