Una de las recetas más tradicionales de estas fechas en Galicia son las chulas de calabaza, o » chulas de calacú». Una receta sencilla, humilde y muy sabrosa, en la que se aprovechaban las calabazas, ingrediente abundante en el otoño.
Una receta que se hacía con los ingredientes que había, y donde la textura de la masa y la fritura marcan las diferencia. Te cuento la receta de la abuela, como hacía » A señora Matilda » y al final te dejo los trucos.
Ingredientes para hacer «chulas de calacú» tradicionales
- 300 g de puré de calabaza
- 250 g de harina repostera
- 1 pizca de sal
- 16 g de levadura química o polvos de hornear (tipo Royal)
- 2 huevos
- 50 g de azúcar
- 150-200 ml de leche (va a depender del tipo de harina)
- 60 ml de anisette Marie Brizard
- 2 cucharadas de masa madre (opcional)
- aceite de girasol para freír
- azúcar para espolvorear
Elaboración paso a paso
Cocemos 1 calabaza, mejor al vapor o en el horno, para que no nos quede con tanta agua, la dejamos enfriar y la trituramos hasta tener un puré. Pesamos 300 g y lo reservamos.
Tamizamos la harina con la sal y la levadura y pesamos y medimos el resto de los ingredientes de la receta. Una vez los tenemos a mano y listos echamos la calabaza en un recipiente amplio, le añadimos los huevos, el azúcar y lo removemos bien todo. Echamos un poco de la leche y a continuación le añadimos el anisette Marie Brizard y las dos cucharadas de masa madre. Antiguamente, utilizaban la masa madre o fermento para todo, pues no había o no se tenía fácil acceso a la levadura química. Es por ello que muchas de las recetas de postres gallegos se hacen con masa madre, como las bicas, proia, etc.
Lo removemos bien y le añadimos la harina tamizada. Nos quedará una masa espesa y densa y le añadimos el resto de la leche. Si vemos que nos queda muy densa le añadiremos un poco más de leche. Hay que tener en cuenta que puede variar en función de la harina que empleemos.
Tapamos la masa y la dejamos reposar al menos media hora.
Pasado el reposo, calentamos abundante aceite de girasol en una sartén y cuando esté caliente, pero sin humear, comenzamos la fritura. Con una cuchara echamos porciones de masa, intentando que nos quede extendida. Dejamos que se haga y doren, por un lado, y le damos la vuelta. Las freímos unos segundos más y las vamos retirando para un plato forrado con papel de cocina, para retirar el exceso de aceite.
Las seguimos friendo todas hasta terminar la masa. Una vez están todas, las pasamos a una fuente de servir, las espolvoreamos con abundante azúcar granulado, nada de azúcar glasé, como el que tenían nuestras abuelas y las servimos.
Trucos para una fritura perfecta
- La textura de la masa no debe de quedar muy densa, pues haríamos buñuelos y si nos queda muy líquida absorberán mucho aceite.
- Las chulas tienen que quedar ligeramente finas, aunque no son tortitas
- Si el aceite está muy frío o se enfría al echar muchas juntas, se empaparán mucho en aceite. Lo ideal es conseguir una temperatura alta para freírlas rápido, sin quemarlas, que nos queden crujientes y poco aceitosas.
Con la primera tanda vas testando y si hay que añadir un poco más de leche vamos haciéndolo poco a poco.