Os comparto un pan de molde realmente diferente y con un sabor y una miga que os va a enamorar. Un pan de molde deliciosamente tierno con gachas de avena y semillas de chía. Una mañana que me pasé con la avena de las gachas, la que me sobró se me ocurrió probar a usarlas en el pan. Y las semillas de chía, que le pongo a las gachas siempre, le dan también un sabor especial.
Aquí os dejo la receta.
Ingredientes para hacer pan de molde con gachas de avena y semillas de chía
Fermento
- 150 g de agua
- 150 g de centeno
- 10 g levadura prensada
Gachas de avena y chía
- 50 g de copos de avena
- 50 g de semillas de chía
- Una cuchara de miel
- 400 ml de leche
Masa final
- 500 g de harina de fuerza
- 100 g de harina de trigo integral
- 15 g de sal
- 2 cucharas de germen de trigo
- 500 g de agua
Como hacer pan de molde con gachas de avena y semillas de chía
Comenzamos haciendo el fermento y las gachas de avena y chía. Para el fermento mezclamos en un bol todos los ingredientes y cuando está integrado lo tapamos y lo dejamos levar unas tres horas a temperatura ambiente. A continuación hacemos las gachas. Ponemos todos los ingredientes en un cazo, los mezclamos, lo acercamos al fuego y sin dejar de remover las cocinamos durante unos 10 minutos. Cuando están espesas y cremosas las retiramos y las dejamos enfriar tapadas, para que no se formen costra.
Cuando el fermento está listo, ponemos todos los ingredientes de la masa final, excepto la sal en un bol y lo mezclamos. Dejamos reposar unos 20 minutos y añadimos la sal con un poco de agua. Amasamos durante unos minutos y vamos haciendo varias tandas de plegados y reposos. Cuando la masa está lisa y elástica, hacemos tres plegados finales como si hiciéramos hojaldre y la dejamos tapada en un bol. Pasadas dos horas formamos el pan. Volcamos la masa en la mesa de trabajo y la desgasificamos. La estiramos en forma de rectángulo y hacemos una especie de rulo dándole tensión a la masa. La metemos dentro de un molde previamente engrasado o forrado con papel de horno y la dejamos levar de nuevo tapada una hora y media.
Pasada la primera hora de levado, encendemos el horno a 250º C y cuando está listo lo metemos dejándolo unos 40 minutos a 230º C- 240º C.
No obstante los tiempos dependerán un poco de cada horno, e incluso del tipo de molde utilizado, con lo que tendréis que estar pendientes.
Cuando está listo lo retiramos y lo dejamos enfriar en una rejilla. Ya frío lo rebanamos para unas ricas tostadas de desayuno o para un sandwich de lujo.
Como todos los panes de molde, congela estupendamente bien y esta es una gran opción para guardar el pan. Lo rebanamos y lo congelamos cortado, y así podemos tener nuestras rebanadas siempre a punto para meter en la tostadora.