Una hogaza sin gluten con ingredientes naturales, miga jugosa y una corteza rústica y crujiente. Perfecta para tus desayunos, meriendas o cualquier momento del día. Puedes elaborarla con masa madre de trigo sarraceno activa, o bien con un fermento previo hecho con levadura, si aún no trabajas con masa madre.
Ingredientes:
Para el fermento (si no usas masa madre):
- 125 g de agua
- 125 g de harina de arroz o trigo sarraceno
- 5 g de levadura prensada
Mezcla y deja fermentar durante unas 4-5 horas o hasta que esté esponjoso y con burbujas visibles. Luego continúa con la receta como si fuera masa madre.
Ingredientes para el pan:
- 250 g de masa madre de trigo sarraceno o arroz activa
- 1 huevo
- 5 g de psyllium en polvo
- 40 g de semillas de lino molidas
- 12 g de levadura prensada
- 100 g de fécula de patata
- 150 g de harina de arroz integral
- 100 g de harina de trigo sarraceno, teff o sorgo (la que prefieras o tengas disponible)
- 400 ml de agua
- 20 g de aceite de oliva virgen extra
- 10 g de sal
- 5 ml de vinagre de manzana
- 15 g de semillas de calabaza
- Harina de arroz para formar el pan
Elaboración del pan sin gluten paso a paso
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En un bol, mezcla la masa madre (o el fermento), el huevo, el psyllium, las semillas de lino molidas y la levadura prensada.
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Añade las harinas sin gluten (fécula, arroz integral y sarraceno/teff/sorgo), el agua, el aceite de oliva virgen extra y el vinagre.
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Amasa bien hasta obtener una masa homogénea y deja reposar unos minutos para que se hidrate correctamente.
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Incorpora la sal y las semillas de calabaza (puedes tostarlas previamente para potenciar su sabor) y mezcla de nuevo.
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Forma una hogaza con ayuda de harina de arroz y deja fermentar en un lugar cálido hasta que doble su volumen.
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Haz unos cortes en la superficie para un acabado rústico y hornea con vapor a 250 ºC durante 10 minutos, baja el horno a 220ºC y hornea durante otros 60 minutos.
✨ Consejo:
Tostar las semillas de calabaza antes de añadirlas le da un punto crujiente irresistible. Y si tienes tiempo, deja fermentar la masa en frío toda la noche: mejora la textura y el sabor.