¿Os gustan los polvorones? Entonces los caseros os van a encantar y si la respuesta es no… deberíais de probarlos, pues nada tienen que ver con los que se compran. Son muy muy fáciles de hacer, quizá me atrevería a decir que es de lo más fácil de los postres navideños, y tendréis un postre de lujo y gran calidad a un precio aceptable.
Os cuento mi receta, a la que he reducido un poco el azúcar, pero es la única modificación posible en las proporciones de los ingredientes básicos. La proporción de harina y grasa no se puede cambiar pues si no, no os quedarán bien.
Estos son con almendra y canela, sin embargo, podéis variar el fruto seco y hacerlos con avellana o nueces, combinar especies añadiendo nuez moscada … Que están también maravillosos. Arriba la imaginación.
Os cuento la receta a ver si os tiento a que os animéis con ellos.
Con estas cantidades que os digo salen un montón de polvorones. Dependiendo del tamaño y grosor entre tres y cuatro docenas.
Ingredientes para hacer polvorones clásicos de almendra
- 500 g de harina de uso común
- 250 g de manteca de cerdo a temperatura ambiente
- 200 g de azúcar glasé
- 250 g de harina de almendra
- 100 g de almendras tostadas enteras
- 15 g de sal en escamas
- 3 cucharadas de canela en polvo
- Semillas de sésamo
- Azúcar glasé para decorar
Elaboración
Lo primero es tostar la harina.
La noche antes ponemos la harina blanca junto con la harina de almendra en una bandeja de horno y tostamos a 120º durante una hora u hora y media. Tenemos cuidado de ir removiendo de vez en cuando para que no se queme. La harina cogerá un ligero color dorado y cuando esté tostada apagamos el horno, y dejamos que enfríe durante toda la noche. Cuando la harina esté fría le echamos las escamas de sal y la canela y removemos para que se mezcle bien.
Al día siguiente hacemos la masa.
Echamos todos los ingredientes en la amasadora y mezclamos hasta que estén totalmente integrados, lo ponemos en una bolsa de plástico y la guardamos en la nevera un mínimo de una hora. Yo suelo dejarla hasta el día siguiente o incluso más días si no tengo tiempo para hornearlos. Aguanta perfectamente varios días en la nevera.
Y hacemos los polvorones
Extendemos la masa con un rodillo, con un grosor entre 1 y 1,5 cm, al gusto. Lo ideal es usar el rodillo con topes a los lados para que salga uniformes. A mí no me gusta hacerlos muy gordos ni muy grandes pues creo que resultan más empalagosos, pero eso depende un poco de cada uno, al igual que la forma que queráis darle.
Con un cortador vamos haciendo los polvorones y los colocamos con cuidado en una bandeja de horno forrada con papel.
Le ponemos semillas de sésamo por encima y horneamos a 200 °C unos 15- 20 minutos. Como tendréis que hacer varias hornadas mientras unos están en el horno vamos preparando la siguiente bandeja.
Vais a ver que maravilloso el olor que tendréis en toda la casa; ¡es el olor a navidad!
Quitamos del horno y los colocamos encima de una rejilla para que se enfríen. Una vez fríos los espolvoreamos con azúcar glasé y a guardar.
Aquí las opciones también son muchas y siempre como más os guste. Yo los suelo guardar en latas herméticas colocadas en obleas de magdalenas para que no se rompan y se conserven. Otra idea es envolverlos en los papeles de seda especiales de polvorones (los podéis comprar en la tienda de María Lunarillos) y guardarlos en cajas.
Una variante que os propongo y que va a sorprender es añadir unos granos de pimienta.
Y si queréis hacer un regalo especial en navidades es una gran idea que os garantizo sorprenderá y quedaréis muy bien.
¿Todavía no os habéis decidido?