¿Una mermelada de fresas más en la blogesfera? Nooo!!! Esta es la mermelada de fresas más light de todas. No lleva azúcar y esta hecha en el horno apagado, sólo con el calor residual que queda después de usarlo. Así que light de azúcar, light de trabajo y light de consumo de energía!!!
Y encima sana. Sabéis que el dátil es el edulcorante natural por excelencia con un montón de propiedades muy saludables? . Menos calorías que el azúcar, y además nos aporta calcio, fibra, vitaminas y minerales.
Ayer hice un pan y me acordé de una gran cocinera y compañera de un grupo de cocina, que aprovecha el calor residual del horno para asar pimientos o tomates. Gracias por la idea Dulce Vidal!!!
Ni los tomates ni los pimientos eran opción para mi en ese momento, pero tampoco quería seguir desaprovechando ese calor, y me dieron una idea las fresas que tenía en la encimera. Estaban perfectas para una mermelada.
Os cuento lo que hice y veréis que cosa tan fácil…
Ingredientes
- 200 grs de fresas
- 2 dátiles picados ( 40 grs )
- zumo de medio limón
- opcional : añadir alguna especia que os guste
Elaboración
Limpié y troceé la fruta y los dátiles , añadí el zumo de limón y lo dejé reposar unas tres horas. El tiempo que mi horno ha estado precalentando, más el de horneado del pan y una pizza. Así que, cuando encendáis el horno para cocinar, ya preparáis la fruta y a macerar hasta que lo apaguéis.
Con el horno ya apagado puse el recipiente con la fruta, cerré la puerta y ahí se quedó toda la noche .
Yo he usado un molde cerámico de Emile Henry para hacerlo, que estaba sin estrenar, pero creo que ya le he encontrado utilidad. Lo puse con tapa para que se conserva mejor el calor . Otra opción son unas minicocottes donde incluso podéis hacer varias mermeladas a la vez ¡¡¡¡pero esta ya será otra receta .
A la mañana siguiente cuando me levanté y abrí el horno, allí estaba la gran sorpresa: mi mermelada mágica. Lo mezcle bien y lo dejé así (como en la foto), pero si os gusta una textura mas suave podéis pasarlo por un chino.
Mirad mi desayuno casero de economías de escala: tostada con queso fresco hecho por mí, el pan con el suero que queda de hacer el queso, y la mermelada al horno con el calor residual de hacer el pan. Podéis ver la receta del pan aquí.
Ya no tenéis disculpa para hacer una mermelada caserita, y ahora que empiezan a llegar las fresas, esta es ideal para aquellas personas que queremos cuidarnos y no renunciar a disfrutar de estos pequeños placeres.
Ojo, no es una conserva, es una mermelada para consumir en pocos días pues no lleva azúcar, que es el que actúa de conservante en estos casos . Por esto os aconsejo que hagáis poca cantidad y la guardéis en la nevera .
Qué os ha parecido? Alguien se anima? Dejadme vuestras opiniones en los comentarios 🙂