Hoy os traigo una receta que no puede faltar en vuestra cocina: un pan de molde facilísimo. Ideal para quienes buscan una receta sencilla y deliciosa, perfecta para hacer en casa sin complicaciones. Con pocos ingredientes y un proceso muy simple, tendréis un pan tierno y esponjoso, ideal para los desayunos o meriendas de toda la familia.
Ingredientes
- 350 g de harina T80 o harina panadera
- 150 g de harina de fuerza
- 15 g de levadura fresca
- 10 g de sal
- 250 g de suero de leche (también puedes usar leche o agua si lo prefieres)
Nota: Puedes sustituir 200 g de harina panadera por sémola.
Preparación
- Amasar los ingredientes
En un bol grande, mezcla todos los ingredientes: la harina T80, la harina de fuerza, la levadura fresca desmenuzada, la sal, y el suero de leche. Amasa hasta que obtengas una masa suave y homogénea. Puedes hacerlo a mano o utilizando una amasadora. - Dejar levar la masa
Cubre el bol con un paño limpio o con papel film y deja reposar la masa hasta que doble su volumen. Este proceso puede tardar entre 1 y 2 horas, dependiendo de la temperatura ambiente. - Formar el pan
Una vez que la masa haya levado, desgasifica ligeramente y forma un pan alargado que encaje bien en el molde de horneado. Engrasa ligeramente el molde y coloca la masa en él. - Segundo levado
Cubre el molde y deja que la masa vuelva a levar hasta que haya aumentado de tamaño, casi llegando al borde del molde. Este segundo levado es importante para que el pan quede bien esponjoso. - Hornear
Precalienta el horno a 230 °C. Hornea el pan durante 40 minutos, hasta que esté bien dorado y al golpearlo suene hueco. Si quieres una corteza más suave, puedes cubrir el pan con papel de aluminio durante los últimos 10 minutos de horneado. - Dejar enfriar
Saca el pan del molde y deja enfriar completamente sobre una rejilla antes de cortarlo. Este paso es crucial para que el pan mantenga su
textura esponjosa.
¡Y listo! Ya tienes un pan de molde casero, facilísimo y delicioso. Ideal para preparar tostadas, sándwiches o simplemente disfrutarlo con un poco de mantequilla y mermelada. Anímate a probarlo y verás lo sencillo que es tener siempre pan fresco en casa.