No sé cuál es el problema con las galletas de pistola, pero hay a mucha gente que se le resisten. Supongo que será el cambio de harinas diferente a la que se usa en la receta original, o algún paso en el proceso, pero la verdad es que no son nada difíciles de hacer. Esta versión con harina de almendra y centeno queda deliciosa y la textura es muy suave y delicada. Les da un aspecto rústico y artesano que me encanta, y reducimos las harinas blancas.

Ingredientes

  • 200 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 200 g de harina de repostería
  • 50 g de harina de almendra
  • 75 g de harina de centeno
  • 75 g de azúcar moscovado o panela
  • 1 huevo
  • 1 cucharadita de polvos de hornear tipo royal
  • una pizca de sal y bicarbonato
  • vainilla en pasta
  • cardamomo

El paso a paso

Batimos la mantequilla con el azúcar y a continuación añadimos el huevo y la vainilla. Aparte mezclamos las harinas con la sal, la levadura y el bicarbonato y se las añadimos y amasamos. Cuando esté integrado y tengamos una masa lisa, la ponemos en el tubo de la pistola de hacer galletas y la dejamos en la nevera que repose unas horas.

Para formar nuestras galletas, lo hacemos sobre una bandeja de horno lisa, sin engrasar, pues ya luego se despegan con la cantidad de mantequilla que lleva.

Las vamos haciendo variando las boquillas y cuando tenemos la bandeja llena horneamos a 180 °c durante unos 15-20 minutos, dependiendo del tamaño al que las hagáis. Las vamos sacando para una rejilla para que enfríen y si queremos las podemos decorar con frutas o chocolate.

En mi caso las he dejado tal cual, pues aquí no les gusta mucho ese tipo de decoraciones, pero hacerlo a vuestro gusto. Son perfectas para acompañar un vaso de leche bien fría, como gusta aquí en casa.

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