El Roscón de Pascua es uno de esos dulces que marcan la llegada de la Semana Santa en muchas casas gallegas. Con su miga tierna, su aroma a anís y su cobertura dorada, es una receta que nos transporta a esas celebraciones familiares alrededor de la mesa.
En esta versión, he sustituido la mantequilla por aceite de oliva, logrando un roscón más ligero, con una textura increíblemente esponjosa y un sabor más intenso. Además, el aceite ayuda a que se conserve tierno durante más tiempo, algo fundamental en este tipo de masas.
Hacer un buen roscón requiere paciencia, pero el resultado merece la pena. En este paso a paso, te cuento todos los secretos para que te quede perfecto, con su miga aireada y ese toque tradicional que lo hace único.
Y al final tienes el enlace al video de YouTube paso a paso y detallado, para que puedas hacerla conmigo.
Ingredientes
Para el fermento:
- 100 g de harina de fuerza (W250)
- 70 ml de leche o agua
- 15 g de levadura fresca
Para la masa final:
- Todo el fermento anterior
- 600 g de harina de fuerza (W250)
- 4 huevos enteros
- 2 yemas
- 80 ml de aceite de oliva
- La ralladura de 1 limón
- 30 g de miel
- 80 g de azúcar
- 30 ml de anís
- 1 pizca de sal
Notas:
Si los huevos son pequeños, usamos 6 huevos enteros
Si variamos el tipo de harina, quizás tengamos que ajustar las cantidades, pues no todas las harinas absorben la misma cantidad de líquido.
Elaboración paso a paso
1. Preparar el fermento
Mezcla la harina, el agua y la levadura fresca en un bol hasta obtener una masa homogénea. Tápalo con un paño limpio y déjalo reposar durante 8 horas en un lugar cálido o a temperatura ambiente.
2. Preparar la masa final
- Coloca en la cubeta de la amasadora todos los ingredientes, excepto el aceite de oliva: la harina, los huevos, las yemas, el azúcar, la miel, el anís, la ralladura de limón, la sal y el fermento que hemos preparado.
- Amasa a velocidad media durante unos minutos hasta que la masa comience a desarrollar el gluten y se vuelva elástica.
- Incorpora el aceite de oliva al final del amasado, poco a poco, y sigue amasando hasta que se integre por completo y la masa quede suave, lisa y bien cohesionada. Este proceso puede llevar unos 15-20 minutos en total, va a depender un poco de vuestra amasadora. Si lo haces a mano, alterna tanda de amasado con reposos para facilitar el trabajo.
3. Primera fermentación (en bloque)
- Una vez tengas la masa lista, colócala en un bol ligeramente engrasado, tápala y déjala reposar en un lugar cálido hasta que duplique su volumen. Este proceso puede tardar entre 6 y 8 horas, dependiendo de la temperatura.
- Es importante ser pacientes y permitir que la masa fermente correctamente para que el roscón quede esponjoso.
Nota: Podemos dejar la masa en la nevera hasta el día siguiente. Una vez amasada, la tapamos y la dejamos 30 minutos a temperatura ambiente para que se activen las levaduras y luego la guardamos tapada en la nevera. Al día siguiente la sacamos de la nevera, dejamos atemperar la masa una hora y continuamos la receta.
4. Formado del roscón
- Desgasifica la masa con suavidad para sacar el exceso de aire y dale forma al roscón. Puedes hacerlo de dos maneras:
- Con dos cabos: divide la masa en dos partes iguales, forma cilindros alargados y trénzalos o únelos para dar forma de roscón.
- En trenza: una opción tradicional y vistosa.
- Si prefieres, también puedes hacer bollos individuales, como el clásico bollo gallego para los ahijados.
- Coloca el roscón formado sobre una bandeja de horno con papel vegetal.
5. Segunda fermentación
- Deja que el roscón formado repose en un lugar libre de corrientes durante un mínimo de 6 horas, o hasta que haya doblado su tamaño. Es importante no saltarse este paso para conseguir la textura perfecta.
6. Decoración y horneado
- Precalienta el horno a 180 °C con calor arriba y abajo.
- Pincela el roscón con huevo batido para darle brillo.
- Decóralo con azúcar húmedo o escarchado (mezcla azúcar con unas gotas de agua) o añade frutas confitadas si te gusta.
- Hornea el roscón en la segunda posición, empezando por abajo durante unos 20-25 minutos, vigilándolo de cerca.
- Los primeros 10 minutos son cruciales, así que mantén un ojo en el horno.
- Recuerda que cada horno es diferente, por lo que tendrás que ajustar tiempos y temperatura según el tuyo.
7. Dejar, enfriar y disfrutar
- Saca el roscón del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla para que no coja humedad.
- ¡Listo! Ya tienes un roscón con aceite de oliva esponjoso, aromático y perfecto para disfrutar en familia.
Trucos y consejos finales
- Paciencia con los levados: el tiempo es clave para que la masa desarrolle todo su potencial.
- Aceite de calidad: utiliza un buen aceite de oliva suave para no enmascarar los sabores.
- Personaliza tu roscón: añade frutas confitadas, almendras o incluso relleno si lo prefieres.