La empanada de bonito es una de las más fáciles y conocidas, además de la de bacalao. En esta ocasión os cuento cómo hacerla con bonito fresco y con una masa diferente, sin levadura y con un reposo largo. Es una masa muy crujiente y a la que haremos los plegados como si fuera hojaldre. El secreto de esta masa está en utilizar buenas harinas, en estos plegados y el reposo largo en la nevera.
Y si no tenemos bonito fresco, podemos hacerla con el bonito casero también. A continuación os cuento cómo hacer esta empanada de bonito paso a paso.
Ingredientes.
Para la masa.
- 400 g harina del país o harina panadera
- 100 g de harina de centeno blanca
- 100 g de aceite de la zarangallada o AOVE
- 200-250 ml de cerveza o agua
- 1 cucharada de pimentón (dulce o picante, al gusto).
- 7 g de sal(1 cucharada de café)
Para el relleno o zarangallada.
- 3 cebollas medianas.
- 300 ml de aceite de oliva suave
- 350 g de bonito fresco o 350 g de bonito en conserva escurrido
- 1 tomate natural pelado y troceado o 2 cucharadas de tomate troceado si es de bote.
- 2 hojas de laurel
- 1 cucharadita de pimentón
- Una pizca de sal.
- Pimiento asado (aquí puedes ver como hacerlos)
El paso a paso.
Preparamos la zarangallada.
Pelamos y cortamos 3 cebollas medianas en juliana y ponemos una sartén a fuego medio con el aceite. Cuando esté caliente añadimos la cebolla y el tomate cortado, el laurel, una cucharadita de pimentón, la sal y lo dejamos pochar a fuego muy suave durante un par de horas. Cuando está lista la cebolla, cortamos el bonito, si lo usamos fresco y se lo añadimos. Lo removemos todo bien con mucho cuidado y lo dejamos cocinar unos 5 minutos. A continuación, apagamos el fuego y dejamos que se enfríe, para poder utilizar el aceite en la masa pero frío. Una vez frío, hacemos la masa utilizando el aceite y guardamos el relleno con la masa en la nevera hasta el día siguiente que haremos la empanada.
Preparamos la masa
Ponemos todos los ingredientes en la cubeta de la amasadora y lo mezclamos todo hasta tener una masa elástica y suave. La pasamos a la encimera y le hacemos unos pliegues como si fuera el hojaldre. Estiramos la masa con un rodillo formando un rectángulo, y la plegamos. La estiramos de nuevo dejando la abertura de los pliegues a la derecha y hacemos los plegados. Repetimos este proceso una vez más y finalmente guardamos la masa en la nevera hasta el día siguiente que montaremos y hornearemos la empanada.
Montamos la empanada.
Podemos preparar la empanada el mismo día, o como en mi caso preparar la masa y la zarangallada un día y montamos y horneamos la empanada al día siguiente. Siempre es mejor repartir el trabajo y sobre todo el reposo de la masa.
Dividimos la masa, estiramos una mitad y la ponemos en una fuente de horno forrada con papel de horno, asegurándonos que sobresale masa por los lados para luego poder cerrar nuestra empanada. Colocamos el relleno bien escurrido y repartido y encima unos pimientos del piquillo. (yo puse una mitad con pimientos y la otra mitad sin ellos, pero esto es al gusto)
Estiramos el resto de la masa con el tamaño y forma de nuestro molde, y este caso nos aseguramos que la masa no sobresale, Si nos sobra masa la recortamos y la reservamos para adornarla.
Cerramos nuestra empanada, haciendo los borde o el repulgue, cogiendo la masa de abajo y plegándola. Podéis ver un vídeo de cómo hacerlo aquí.
La adornamos con la masa que sobra y pincelamos con el aceite que nos quedó. Una vez la tenemos lista, la horneamos a 220º C con calor arriba y abajo durante unos 45 minutos. Una vez lista y crujiente, la retiramos del horno y la dejamos enfriar para comer. Y otra alternativa que también triunfa son las empanadillas de bonito, que podéis ver aquí.




