Las patatas rellenas de carne son un plato casero, reconfortante y lleno de sabor, perfecto para cualquier época del año. Su origen se encuentra en la cocina tradicional de muchas regiones, donde cada familia tiene su propia versión. Se trata de una receta sencilla, pero con ese toque especial que solo la cocina casera puede ofrecer.
Esta receta la aprendí de mi tía, una de mis grandes maestras en la cocina junto con mi abuela. Pasaba muchos fines de semana en su casa y siempre me sorprendía con platos diferentes a los que estaba acostumbrada. Entre ellos, estas patatas rellenas se convirtieron en una de mis favoritas. Hace poco volví a recordarlas y le pedí la receta para prepararlas en casa. Fue un éxito absoluto, así que hoy quiero compartirla contigo, con algunos pequeños ajustes para adaptarla a nuestros gustos.
En esta receta te explico paso a paso cómo hacer patatas rellenas de carne guisadas, con una salsa casera deliciosa que potencia el sabor de la carne y las deja jugosas y tiernas. Además, te daré algunos trucos y consejos para personalizar la receta según tus preferencias.
Si te gustan las recetas tradicionales, fáciles y con ingredientes sencillos, sigue leyendo y aprende a preparar estas deliciosas patatas rellenas de carne en salsa, una receta perfecta para el día a día o para una comida especial en familia.
Comenzamos colocando en un bol las especias elegidas, la sal, el aceite de oliva y la salsa Worcestershire. Mezclamos bien todos los ingredientes hasta obtener una preparación homogénea, con una textura ligeramente emulsionada que ayudará a impregnar bien la carne de sabor. Una vez lista, añadimos esta mezcla a la carne picada y la trabajamos con las manos o con una espátula hasta que quede bien integrada. Es importante asegurarse de que el adobo se distribuya de manera uniforme para que la carne absorba todos los aromas y matices. Cuando la mezcla esté lista, la tapamos con film transparente o la colocamos en un recipiente hermético y la dejamos reposar en la nevera. Lo ideal es dejarla marinar durante toda la noche para potenciar el sabor, aunque si no disponemos de tanto tiempo, con unas horas será suficiente para que la carne tome un buen gusto.
Consejo: Siempre que hago patatas rellenas, aprovecho para preparar albóndigas con la misma carne y salsa. Es una forma práctica de cocinar una vez y disfrutarlo en varias comidas.
Cortamos y picamos las verduras y en una cazuela amplia con base ancha, vertemos un poco de aceite de oliva virgen extra y lo calentamos a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente, añadimos la cebolla, el apio, el puerro y la zanahoria, todos ellos picados finamente, y los dejamos pochar con suavidad. Es importante remover de vez en cuando para que las verduras se cocinen de manera uniforme y suelten todo su aroma.
Cuando las hortalizas estén tiernas y ligeramente doradas, incorporamos el vino blanco y dejamos que cueza durante un par de minutos para que el alcohol se evapore. En este punto, añadimos el tomate triturado y el caldo de pollo, mezclamos bien y dejamos que la salsa se cocine a fuego lento. Mientras la salsa va concentrando su sabor, aprovechamos para preparar las patatas.
Importante: La cazuela debe ser lo suficientemente grande para que las patatas queden en una sola capa, bien cubiertas por la salsa, sin estar amontonadas.
A continuación, preparamos el relleno. A la carne picada que habíamos adobado previamente, le añadimos el huevo batido y el pan remojado en leche (si hemos decidido utilizarlo). Mezclamos bien hasta obtener una masa homogénea y jugosa, que facilitará que el relleno quede tierno y con una textura agradable.
Aparte pelamos las patatas, las cortamos al medio y las vaciamos, haciendo un hueco pero sin roperlas.
Con la mezcla lista, rellenamos las patatas con cuidado, presionando ligeramente para que el relleno quede compacto y no se deshaga durante la cocción. Para sellarlas, las pasamos por pan rallado o harina, lo que ayudará a que conserven mejor su forma y absorban menos líquido al guisarse.
Una vez listas, colocamos las patatas rellenas en la cazuela con la salsa caliente. Si queremos aprovechar la carne sobrante, podemos formar albóndigas siguiendo el mismo proceso y añadirlas a la cazuela junto con las patatas.
Tapamos la cazuela y dejamos cocer a fuego medio durante aproximadamente 20 minutos. Durante la cocción, es importante mover la cazuela con suavidad de vez en cuando para evitar que las patatas se adhieran al fondo, pero sin utilizar utensilios para removerlas, ya que podrían romperse.
Si notamos que la salsa se reduce demasiado o que las patatas no están completamente cubiertas, podemos añadir un poco más de caldo caliente para que la cocción se mantenga uniforme y las patatas queden jugosas y bien impregnadas de sabor.
Consejo: A mí me gusta apagar el fuego unos minutos antes de que las patatas estén completamente tiernas y dejarlas reposar con la cazuela tapada. Así terminan de hacerse sin deshacerse.
Las patatas rellenas de carne son una receta tradicional, sencilla y llena de sabor, perfecta para cualquier época del año. Como bien dice mi tía: «Admiten de todo», así que no dudes en adaptarlas a tus gustos y necesidades.
Si te animas a prepararlas, cuéntame qué te han parecido y cómo las has versionado. ¡Espero que las disfrutes tanto como nosotros en casa!
