Orellas de Entroido con aceite de oliva: más crujientes, ligeras y con todo el sabor (con vídeo)

Oerjas de carnaval con aceite de oliva

Las orejas de Carnaval son uno de los dulces más emblemáticos del Entroido gallego, finas, crujientes y con ese inconfundible aroma a anís y limón. En la receta tradicional se usa manteca o mantequilla, pero en esta versión las preparamos con aceite de oliva, logrando unas orejas aún más crujientes, ligeras y con un sabor más equilibrado

Orejas de carnaval gallego

El aceite de oliva no solo hace que sean más digestivas, especialmente para quienes no toleran bien la mantequilla, sino que también potencia los matices del anís y el limón, dándoles un toque aún más aromático. La textura sigue siendo perfecta: fina, dorada y crujiente, con ese clásico espolvoreado de azúcar que las hace irresistibles.

Si queréis disfrutar de unas orejas de Carnaval diferentes, pero igual de deliciosas, seguid leyendo para descubrir cómo hacerlas paso a paso con todos los trucos para que queden perfectas. ¡Os van a encantar!

Ojo que esta no es una receta de orejas tradicionales, pues las orejas gallegas de carnaval se hacen con manteca o mantequilla (aquí tenéis la receta).

Os cuento cómo hice estas orejas de carnaval con una versión diferente a las tradicionales, pero que os van a encantar. Y si ya queréis un toque más diferente, usad naranja en lugar de limón, pero por favor, no digáis que son las tradicionales, pues no es así.

Ingredientes para hacer orejas de carnaval con aceite de oliva

  • 500 g de harina gallega (en su defecto usad harina molida a piedra con poca fuerza)
  • 3 huevos medianos
  • 80 ml de anís
  • Ralladura y zumo de 1 limón
  • 1 pizca de sal
  • 1 pizca de polvos de hornear
  • 60 ml de aceite
  • 50 g de azúcar para espolvorear

Cómo hacer las orejas de carnaval con aceite de oliva

Comenzamos infusionando el aceite con un trozo de la corteza de limón y anís estrellado durante unos minutos y lo dejamos atemperar. Cuando el aceite este casi frío comenzamos a amasar las orejas. Este paso podemos omitirlo si vamos justos de tiempo, pero si podéis hacedlo, pues el sabor final es espectacular.

En un bol ponemos 500 g de harina y hacemos un hueco en el medio donde echaremos el resto de los ingredientes, y la mitad del aceite. El resto lo reservamos para añadirlo al final.

Mezclamos todo con las manos, o con amasadora, y cuando esté integrado, con una masa compacta, le añadimos el resto del aceite y seguimos amasando. Hay factores que nos pueden cambiar la textura final de la masa, como el tamaño de los huevos, que sean o no caseros (la clara de estos suele ser más densa) y el tipo de harina. Si la masa nos queda muy compacta podemos añadir un poco de agua o de aceite, pero ojo que hay que hacerlo a cucharadas y muy muy poca.

Amasamos y cuando la masa esté lisa, se despegue de las manos, la tapamos y la dejamos reposar en un lugar cálido un mínimo de dos horas, aunque puede estar más e incluso amasarlas de un día para otro. No amasarla en exceso, no queremos hacer un brioche ni que se desarrolle mucho el gluten.

Después del reposo, vamos formando las orejas. Cogemos porciones de masa, de mayor o menor tamaño, según queramos que nos salgan las orejas, y hacemos bolas con ella. Con un rodillo (o una botella como antiguamente) las vamos estirando. Una vez las tenemos todas estiradas, ponemos abundante aceite de girasol a calentar en una sartén amplia. Una vez el aceite está caliente, pero que no humee, las vamos friendo. Vamos echando las orejas, dos o tres de cada vez, las que nos quepan en la sartén sin que estén superpuestas, y dejamos que se frían unos segundos, por un lado. Podemos arrugarlas un poco o darles forma de orejas con los tenedores. Les damos la vuelta, dejamos que se doren un poco por el otro lado y las vamos retirando para una cesta o bandeja forrada con papel absorbente.

Orejas de carnaval crujientes

Las vamos friendo todas de la misma manera, y añadiéndole azúcar por encima, una vez las retiramos, hasta que estén todas listas. Las servimos en una cesta o una bandeja, listas para degustar bien sabrosas y crujientes.

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