El otoño es época de calabazas y esta trenza de anís y calabaza será vuestro postre otoñal por excelencia. Tiene un sabor y una textura maravillosa que le aporta la calabaza a las masas. Nos quedará más esponjosa y húmeda y no tendremos que añadir tanto azúcar, pues la calabaza aporta dulzor.
Una adaptación de la receta de la trenza gallega a la época de calabazas que a continuación os cuento.
Ingredientes para hacer las trenzas de anís y calabaza
(para una trenza grande y tres pequeñas)
Para el fermento:
- 150 g de harina
- 100 g de leche
- 16 g de levadura fresca
Para la masa:
- 500-550 g de harina panadera
- 150 g de puré de calabaza
- 4 huevos
- 80 g de azúcar
- Ralladura de medio limón
- 60 ml de anisette Marie Brizard
- 250 g de fermento
- 1 pizca de sal
- 100 g de manteca de vaca
Para decorar:
- 1 huevo
- 50 g de azúcar
- 10 ml de anísette Marie Brizard
- Azúcar perlado
Cómo hacer la trenza de anís y calabaza
La noche antes preparamos el fermento. En un recipiente mezclamos los ingredientes y lo dejamos reposar tapado toda la noche a temperatura ambiente.
A la mañana siguiente preparamos la masa de la trenza. En el bol de la amasadora echamos todos los ingredientes de la receta menos la manteca. Activamos la amasadora y lo mezclamos todo y amasamos a velocidad media unos minutos. Cuando esté todo integrado lo dejamos reposar unos minutos. A continuación, vamos añadiendo la manteca poco a poco mientras amasamos suavemente.
Cuando la masa está lisa y tensa, la pasamos a un bol y la dejamos reposar. Yo uso harinas gallegas, y no puedo pasarme de amasado, pues al no tener mucha fuera podría romper la malla del gluten y me quedaría una masa «paposa». Es por ello que tendréis que ir viendo vuestra masa y si empleáis harinas con más fuerza, podréis hacerle amasados más largos e intensos. En el bol le voy haciendo varios plegados hasta que esté bien tensa. La tapamos y la dejamos levar, bien a temperatura ambiente o podemos retardar el levado un poco en la nevera. En este caso, tendremos que dejar que arranque el levado y luego al cabo de una hora meterla en la nevera.
Cuando la masa ha doblado su volumen, formamos las trenzas, o bien una trenza grande. Dividimos a masa en porciones de unos 150 g y hacemos un rulo largo y delgado, que doblaremos por la mitad. Lo enroscamos sobre sí mismo, doblamos este a la mitad y enlazamos los extremos. Las vamos colocando en una bandeja, y las dejamos levar dos o tres horas, dependiendo de la temperatura de tu cocina. Después del levado, encendemos el horno a 180 °C, con calor arriba y abajo y mientras alcanza la temperatura, decoramos las trenzas. Batimos el huevo, humedecemos el azúcar con el anisette Marie Brizard y las pincelamos con el huevo.
A continuación vamos colocando monocitos de azúcar húmedo o le ponemos azúcar perlado, como más nos guste. Una vez el horno está caliente, metemos las trenzas y las dejamos cocer 20 minutos. Las retiramos para una rejilla enfriadora y una vez frías, o templadas si no os podéis resistir, ya las disfrutamos.
NOTA:Se conservan estupendamente varios días y con una miga muy húmeda, aunque esto dependerá un poco del tipo de harina empleado, pues las harinas más refinadas y con más fuerza, siempre harán que se seque más.